Cuando me abandonaste sentí una enorme culpa y un enorme dolor. Pero tus dos gritos finales a mis espaldas me aliviaron: -¡Estas enferma! ¡Estas LOCA! Entonces sentí alegría porque habías hecho una obra de bien al liberarte de semejante monstruo. De todas maneras intentare apurar el paso, no sea que te arrepientas.
sábado, junio 21, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Run, Forrest, RUN!!!
Bien ahi
Publicar un comentario