lunes, enero 30, 2006

Limites

De estas calles que ahondan el poniente, una habra (no se cual) que he recorrido ya por ultima vez, indiferente y sin adivinarlo, sometido a quien prefija omnipotentes normas y una secreta y rigida medida a las sombras, los sueños y las formas que destejen y tejen esta vida. Si para todo hay termino y hay tasa y ultima vez y nunca mas y olvido Quien nos dira de quien, en esta casa, sin saberlo, nos hemos despedido? Tras el cristal ya gris la noche cesa y del alto de libros que una trunca sombra dilata por la vaga mesa, alguno habra que no leeremos nunca. Hay en el Sur mas de un porton gastado con sus jarrones de mamposteria y tunas, que a mi paso esta vedado como si fuera una litografia. Para siempre cerraste alguna puerta y hay un espejo que te aguarda en vano; la encrucijada te parece abierta y la vigila, cuadrifonte, Jano. Hay, entre todas tus memorias, una que se ha perdido irreparablemente; no te veran bajar a aquella fuente ni el blanco sol ni la amarilla luna. No volvera tu voz a lo que el persa dijo en su lengua de aves y de rosas, cuando al ocaso, ante la luz dispersa, quieras decir inolvidables cosas. Y el incesante Rodano y el lago, todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino? Tan perdido estara como Cartago que con fuego y con sal borro el latino. Creo en el alba oir un atareado rumor de multitudes que se alejan; son los que me han querido y olvidado; espacio, tiempo y Borges ya me dejan.

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