sábado, enero 14, 2006

Tres Nueve Cinco Cinco

Ella, con descaro de 20, se sienta de costado con las piernas colgando. El echa hacia atras sus 35 y recoge el cordel de la confianza. Y le cuenta de sus viajes por un mar inmenso. Y algo puede comenzar o quizas nada. Salvo que en un momento se sumergen
- No te entiendo, estas dispuesta a arriesgar todo, que queres decir? Ella sacude la cabeza y mira a lo lejos.
- Quiero mas. Quiero caminar por la cornisa. Quiero Todo o nada.
Tiembla la pecera, el se resbala al borde de la incertidumbre y ella sigue tan libre como el misterio.
- Pero si conversamos tan bien en el chat.
- Si, pero me gusta que me digas lo que te pasa, sabes?. Nunca me mientas.
- Bueno, yo escribo mejor de lo que hablo y mejor de lo que hago.
- Si, ya me di cuenta.
- Yo soy escritor, escribo cuentos. Corto y pego.
- Si, ya me lo habias dicho.
Se desconecta el motor de la pecera, las ultimas burbujas agonizan en la superficie. De pronto, algo rasga el espacio y deja ondas de torpedo. Ella sortea los cepos y saluda. Ante el, dos peces jovenes y tontamente felices se entrelazan impudicos. Ella tiene los ojos encendidos, semaforos submarinos. Pasa, pasa a traves de mi, penetrame, haz lo que quieras conmigo, pero el no comprende. Finaliza el ritual acuoso y ella cimbrea sonrisas que prometen placeres de arrecife. Aquel pez dorado, perfecto, se aleja con dinamica de arpon. Ella regresa y el arroja los hilos de nuevo.
- Mira, se me ocurre que si te llamo por telefono, y volvemos a salir y vemos que pasa.
- Si, a lo mejor, no se. Ahora la pecera es una masa aglutinada, aplastante. El aguanta la respiracion. Ella, transigente, rompe el duro magma con nuevas ondas que seducen y ensartan.
- Si, mejor lo dejamos para otro dia. El acepta con las manos heridas por el nailon que se le escapo mientras escuchaba el canto de sirena.
- Bueno, chau, apenas dice ella, casi telepaticamente.
Me duele lo que pudo haber sido. Entonces, con mirada ansiosa en el cardumen, ella aletea y se pierde en las oscuridades profundas, sin saber que mas adelante el le dira, me hace daño tu estilo, no podemos estar juntos en la misma pecera.

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