sábado, abril 22, 2006

LOHENGRIN

Buscaba la mujer que creyera en el, que no le preguntara quien era ni de de donde venia, sino que lo amara como era y como lo veia. Sin dondiciones, sin justificaciones. Le era necesario simular su naturaleza pues en no descubrirla residia la unica garantia de que no era solo admirado; cuando lo que buscaba no era la adoracion ni la admiracion. Asi aspiraba a la mujer y asi ascendio de su soledad salvaje. Cuando la vio, no dudo en que ella era. Pero no puede presentarse sino maravilloso, dudas y celos provoca y ella lo persuade de que no ha sido comprendido y le arranca la confesion de su divinidad. Vuelve a la soledad. Por toda la eternidad. Hay errores que no alcanza la vida para saldarlos

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