No siempre viajamos por amor a la naturaleza
desprovistos de confusion, sabiendo ceder, precisos al decidir.
A veces buscamos evadirnos, distraernos, ocultarnos fuera.
No hacemos de los viajes un triste ritual de afanosos desapegos?
Y nos disfrazamos con ciertas redenciones de espanto,
encontrando un equivoco sendero de libertad exterior,
acercandonos a otros seres signados por la misma exacta cifra de errores
La verdadera libertad existe, aletargada, en nuestro propio abismo.
Y debemos llegar hasta ese sitio que fluctua entre la bestia y el hombre
la tormenta y la calma,
para alcanzar la unica total liberacion
que es el descubrirse a si mismo
martes, mayo 09, 2006
Descubrirnos
Etiquetas:
Libertad
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