Tengo menos compasion que gato hambriento.
La vision y el contacto con las bestias
o con hombres que se comen entre ellos de un bocado
es belleza de fuego.
El tocarlo todo
medirlo con vara del infierno,
desear las piernas ajenas, la boca del otro,
los muslos, el gemido, el fondo oscuro de las cosas.
Y no hablo de calmar esas bestias;
lejos de mi, tal vez,
hable del silencio como un animal que persiste,
brutal casi
ebria.
martes, mayo 16, 2006
Etiquetas:
Poesia
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