lunes, julio 31, 2006

SPIRIT. Un analisis frio y calculado

Espiritu es la posibilidad , la necesidad y la energia de distinguir y desarrollar las reflexiones y los actos que no son necesarios para el funcionamiento de nuestro organismo. Nuestro ser vivo, como todos los seres vivos, exige tener una capacidad de transformacion que se aplica a las cosas que nos rodean en tanto nos las representamos. Esta capacidad de transformacion se prodiga para resolver los problemas vitales que nos impone nuestro organismo y nos impone nuestro medio. Somos ante todo una organizacion de transformacion mas o menos compleja (conforme a la especie animal), ya que todo lo que vive esta obligado a dar y recibir de la vida, hay un intercambio de modificaciones entre el ser vivo y su medio. Sin embargo, una vez satisfecha la necesidad vital, nuestra especie, positivamente extraña, necesita crearse otras necesidades y otras tareas ademas de la de conservar la vida: otros intercambios la preocupan, otras transformaciones la requieren. Nos empeñamos en esta aventura, y el espiritu nos ha provisto a la vez la direccion instantanea, el aguijon, la punta, el empuje, el impulso, como nos ha provisto los pretextos y todas las ilusiones que necesita para la accion.
Hay diferencia entre la capacidad humana y la capacidad animal que esta concentrada en conservar nuestra vida y se especializa en el cumplimiento de nuestro ciclo habitual de funciones fisiologicas. Se diferencia; pero se asemeja, y esta estrechamente emparentada a ella. Es un hecho importante que esta similitud, radica en la reflexion. La observacion es muy simple: no hay que olvidar que, hagamos lo que hagamos, sea cual sea el objeto de nuestra accion, cualquiera sea el sistema de impresiones que recibimos del mundo que nos rodea y sean las que sean nuestras reacciones, el mismo organismo es el encargado de esta mision, el mismo aparato de relaciones se utiliza para las dos funciones que indique, la util y la inutil, la indispensable y la arbitraria. Son los mismos sentidos, los mismos musculos, los mismos miembros; ademas son los mismos tipos de signos, los mismos instrumentos de intercambio, los mismos lenguajes, los mismos modos logicos, que participan en los actos mas indispensables de nuestra vida, y aparecen en los actos mas gratuitos, mas convencionales, mas suntuarios. Resumiendo, el hombre no tiene dos instrumentos; solo tiene uno, y ese instrumento le sirve tanto para la conservacion de la existencia, del ritmo fisiologico, como para emplearlo en las ilusiones y en los trabajos. Hoy estamos en presencia de una verdadera y gigantesca transmutacion de valores, porque hay evaluacion, juicio de importancia y hay tambien discusion sobre el precio que se esta dispuesto a pagar por este valor: el espiritu. Puede haberse hecho una inversion en este valor; se pueden observar sus fluctuaciones. Se puede ver como viene compitiendo aqui y alla con otros valores. Porque hay valores rivales. Entre ellos, el desdichado valor espiritu casi no deja de bajar. La consideracion del valor espiritu permite, como todos los valores, dividir a los hombres segun la confianza que pusieron en el. Hay hombres que depositaron todo, todas sus esperanzas, todas sus economias de vida, de corazon y de fe. Hay otros que se le han consagrado mediocremente. Hay otros que se preocupan extremadamente poco por ellas, que no pusieron su dinero vital en este negocio. Y por fin, hay que confesar que estan quienes lo hacen descender lo mas posible. En uno y otro asunto, en la vida economica como en la vida espiritual, encontraran ante todo las mismas nociones de produccion y de consumo. El productor, en la vida espiritual, es un escritor, un artista, un filosofo, un sabio; el consumidor es un lector, una audiencia, un espectador.
Existe simplemente la libertad, y la libertad de los espíritus. Jamas pensamos que somos libres cuando nada nos demuestra que no lo somos, o que podriamos no serlo. La idea de libertad es una respuesta a cierta sensacion o a cierta hipotesis de molestia, de impedimento, de resistencia, que se opone a un impulso de nuestro ser, a un deseo de los sentidos, a una necesidad, y tambien al ejercicio de nuestra voluntad meditada. No soy libre sino cuando me siento libre; pero no me siento libre sino cuando me pienso obligado, cuando me pongo a imaginar un estado que contrasta con mi estado presente. La libertad, no es sensible, no es concebida, no es deseada sino por efecto de un contraste. Este espiritu es en nosotros una potencia que nos ha comprometido en una aventura extraordinaria, nuestra especie se ha alejado de todas las condiciones iniciales y normales de la vida. Inventamos un mundo para nuestro espiritu y, queremos vivir en el.

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