jueves, septiembre 21, 2006

Happy day

Cuenta Homero que hubo un tiempo en el que reinaba la eterna primavera. La hierba siempre era verde y espesa y las flores nunca marchitaban. La artífice de tanta maravilla era Démeter, la cuarta esposa de Zeus (turrito el muchacho). De este matrimonio nació Core, luego llamada Perséfone. Se trataba de una hermosa joven adorada por su madre que solía acercarse a un campo repleto de flores a jugar. Un día, pasó por allí el terrible Hades (no el de la leche, ese paso por aqui) con su temible carro tirado por caballos. Se encandiló con Perséfone y la raptó para llevarla al infierno, su territorio. Deméter, al no encontrar a su hija emprendió una peregrinación de nueve días y nueve noches. Al décimo día el Sol le confeso quién se había llevado a su hija. Irritada por la ofensa, Démeter (Diosa de la eterna primavera) decidió abandonar sus funciones y el Olimpo. Se dedico a viajar por la tierra, (lo que hoy conocemos como ir de shopping) quedandose esta desolada y sin ningún fruto privada de su mano fecunda. Ante este desastre Zeus se vio obligado a intervenir pero no pudo devolverle la hija a su madre. Es que Perséfone ya había probado el fruto de los infiernos (la granada. No podian importar manzanas el cambio no les favorecia) y por eso le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Sin embargo, se pudo llegar a un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre (All inclusive). cuando Perséfone regresa con su madre, Démeter muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra. Por el contrario, cuando la joven desciende al subterráneo, su descontento se traduce en frio gris. Dicho sea de paso alli prospera la industria de la moda y se presenta la primera colección otoño/invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones.

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