Hace muchos años leí este cuento de Borges y no se porque razón quede atrapada en el con una enorme tristeza.
Mas tarde descubri que es su inexorable soledad lo que me puede. Esta madrugada, buceando por el ciberespacio volví a encontrarlo y aquí estoy envuelta en una tristeza infinita, casi palpable...
Lo creerás Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendio.
1 comentario:
¡Otra nueva coincidencia! Cuando estaba en segundo ciclo de la Universidad, mi profesora de Literatura, una mujer reguapa, regustazo, súper todo, comentó sobre el cuento y, de memoria, con mucha gracia, recitó "Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias".
La amé, te juro, me enamoré; de ella y de Borges. Inmediatamente después, junté mis centavitos y me compré el mejor ejemplar del Aleph que pude encontrar, el de Alianza Editorial, edición 30 Aniversario.
Y lo saboreé con un placer infinito. Aún hoy, la cinta separadora descansa en la primera página de ese cuento.
Eso, tan sólo un comentario por la coincidencia.
Grande, Borges.
Kisses.
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