domingo, mayo 06, 2007

La Casa Azul y el amor a traves de un puente

A ella le gustaba la idea de vivir en casas separadas. Con sus amantes se escondía, cerraba con cuidado la puerta que da al puente, y retrataba sus bigotes con su fuerte sentido de libertad y su independencia. Tomaba tequila y le divertía vestirse de hombre. Nunca le interesó seguir las normas.
Hubo un dia. Y no se dio cuenta de que se asomó por la ventana. Que se había puesto sombrero ancho, rematado con un puño de plumas. Alrededor del cuello tenía una bufanda tan larga como una serpiente. Y se había vestido con un traje blanco de cuyo cuello colgaban, también, largos encajes blancos. Frida se asomó a la ventana para ver a quién se le ocurría visitarla. Le dio risa verla tan compuesta, con carterilla de cuero y collar de perlas. En ese momento, saltó desde el marco de la ventana y cayó sobre la silla de ruedas donde estaba Frida e intentó levantarla en vilo.La vio y se rió. Claro, no tenia otra cosa que hacer sino mostrar sus dientes. Estaba colgada de las rejas. Era ágil y delgada, ya que su cuerpo no tenia huesos. Una ventisca la movia de alla para acá. Ella le lanzó un poco de pintura roja que se convirtió en una amapola color sangre. Luego le arrojó un tarro de color amarillo que se elevó como un sol y la cegó. Luego uno verde y sus hilos se transformaron en plantas que persiguieron a la visitante. Azul, inmenso, sereno blanco que ya no era más que un cielo y la alejó. Salió disparada como un cohete por la ventana. Sus huesos chocaban unos contra otros. Y, al saltar al jardín, por poco se desarma, pues ¿cómo iba a aguantar tantos colores encima? Colores que, según Frida, son gotas de vida. La mujer volvió a mirar el lienzo sobre el caballete. Allí encontró su propio rostro. Se reía tanto de la Muerte que se olvidó del dolor que, a veces se hundía, como la punta de un clavo, sobre su piel. Y dibujó en sus propios labios una sonrisa. Y así pudo pintar la cara de la que brotan pájaros y lágrimas. Los largos cabellos son una bandera negra, movida por vientos de dicha y angustia. Hoy, Frida ya no está en la casa azul. Muchos la buscan. ¿Dónde está ella? Y en los pasillos tan solo vemos cuadros donde aún habita Frida. Cuadros que se ríen de la muerte. Cuadros que son la vida misma.

1 comentario:

Bombermán dijo...

Casa azul..., amor a través de un puente. Interesante, muy interesante.
Le mando un besito, a través de la red. Muááá.


!D