lunes, julio 17, 2006

odio la nostalgia, ese moho de la memoria, esa oscura envidia de uno mismo. La nostalgia es el opio de los tristes, es una droga alucinógena que te hunde a la vez que te alivia, te hace sonreír mientras te clava en la espalda sus pretéritos perfectos e imperfectos: yo tenía, yo hice, yo estaba... Como se llama cuando los preteritos son tales como no tuve, no estaba, me hizo

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