jueves, julio 12, 2007

Verdades SALVAJES

El hombre caminaba paseando por aquellas callecitas de la ciudad provinciana. Al dar vuelta una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco; intrigado se acercó a la vitrina para poder mirar dentro del oscuro escaparate, en el interior solamente se veía un atril que sostenía un cartelito escrito a mano que anunciaba: «Tienda de la verdad».
El hombre estaba sorprendido. Pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entró. Se acercó a la señorita que estaba en el primer mostrador y preguntó:
- Perdón, ¿ésta es la tienda de la verdad?
-Sí, señor, ¿qué tipo de verdad anda buscando: verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa?
Así que aquí vendían verdad. Nunca se había imaginado que esto era posible, llegar a un lugar y llevarse la verdad, era maravilloso.
-Verdad completa -contestó el hombre sin dudarlo. Estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones, pensó, no quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni defraudaciones.
- ¡Verdad plena! - ratificó.
- Bien, señor, sígame.
La señorita acompañó al cliente a otro sector y señalando a un vendedor de rostro adusto, le dijo:
- El señor lo va a atender.
El vendedor se acercó y esperó que el hombre hablara.
- Vengo a comprar la verdad completa.
- Ajá, perdón, ¿el señor sabe el precio?
-No, ¿cuál es? -En realidad, él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.
-Si usted se la lleva - dijo el vendedor -el precio es que nunca más podrá estar en paz.
Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había imaginado que el precio fuera tan grande.
-Gracias, disculpe... -balbuceó.
Se dio vuelta y salió del negocio mirando el piso. Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que todavía necesitaba algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo.
-Quizá más adelante, -pensó.
MELLO
Pero yo, para variar, no estoy de acuerdo. Yo se que el precio no es ese. Yo se que justamente comprando la verdad completa estaria comprando la paz completa, combo que le dicen, y estoy segura que el precio seria toda la alegria que tenga en efectivo. No tendria nunca mas liquidez de alegria, estria en un inconveniente financiero con ella.
Pero sigo buscando el hombre que me venda la verdad completa, ya que al parecer no hay nadie que la regale...

2 comentarios:

Bombermán dijo...

Todo tiene un precio, querida.
Kisses.


!D

Dylan Forrester dijo...

La verdad suena tan complicada y casi insondable en un mundo tan apantallado como este,siendo simplemente lo opuesto de la mentira. Y por ahí se dice también que una verdad a medias es una mentira completa.

Interesante blog. Saludos...